De vuelta a casita.

Muy relajada en la alfombra del salón escuchando a Ray Charles mientras mi mami prepara la comida. Ya estamos en casa!
 Regresé en mi bolso de viaje muerta de calor y un poco mareada y nos recibió nuestro hogar con su aroma, su luz y los familiares ruiditos que hacen mis patitas sobre la madera. En unos  minutos lo recorrí todo y bebí mucho, mucho...y me hice a un lado porque por la puerta entraban maletas, cajas, bolsas...pero, todo esto venía en el coche?. Ya decía yo que era demasiado equipaje.
Sabéis, me parece que mis congéneres de la ciudad estamos algo estresados porque nuestros horarios son los que marcan nuestros dueños y ellos tienen poco tiempo. Allí, en este pueblecito costero donde fuimos, andan más a sus anchas, con deciros que a la mayoría les abren la puerta y ala, a dar una vuelta, entran  para comer y descansar y se ponen a la puerta de casa para tomar el sol y ver a la gente pasar. A pesar de todo lo bien que lo pasé, tengo que deciros  que en nuestra casita se está fenomenal.
Parece que huele a bizcocho! A ver si cae algo!

Chavalines y mami, ya he vuelto y tengo muchas cosas que contar!