domingo, 10 de enero de 2016

Un poquito de por favor

Un cine, una cafetería, por poner dos ejemplos, no son lugares para soltar a la prole y desentenderse chachareando o haciendo como que no son propios.
Si los hubieran educado, recalco educado, respetarían el espacio de los demás y el derecho a disfrutar  de tomar un café o de ver una película con tranquilidad.
Berridos, carreras, esconderse bajo las mesas, a lo salvaje y sin pedir perdón en ningún momento. Será que soy mayor y una maniática del orden, el respeto, las buenas formas y de la tolerancia hacia los demás bien entendida, que abogaría por mandar a estos padres, no a los hijos, a unos cursos de educación y modales.
De todas las miradas de reproche que les dirigimos los que, por desgracia, nos tocó aguantarlos ninguna ha cumplido con el objetivo de que se sintieran aludidos, para nada, hasta creo que se sentían orgullosos de unos retoños tan dicharacheros. Válgame el cielo!




6 comentarios:

  1. Josela, viendo la actitud de determinadas personas con frecuencia pienso "y en algún momento tendrán hijos" Te entiendo perfectamente, quien no sabe lo que es educación no puede educar a nadie.

    En estos casos la única solución es largarse, pero claro si se trata del cine, te han jorobado la película. Ahora que lo dices, el otro día estuve en el cine y pasé toda la película con la pantalla del móvil de la persona que estaba delante deslumbrándome cada vez que lo sacaba para enviar o leer un mensaje. Me dieron ganas de darle un manotazo y mandárselo hasta la primera fila. Y este no era un niño, vaya, bien crecidito y con novia al lado que lo debía de ver de lo más normal.

    Un beso, Josela.

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  2. A ver, el sábado por la mañana es sagrado, café o chocolate y prensa, sin mirar el reloj, a veces hasta tomando notas en mi libreta, y...ni mil niños me privan de semejante placer, eso sí, el próximo iré con música.


    Un beso grande, Angie

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  3. Hace no mucho a mí me sucedió que estaba en un bar/cafetería de estos comiendo. Había una madre charloteando como una idiota con otra, mientras su crío no dejaba de molestar. Estaba gritando, llorando, y pidiendo a gritos un donut. La madre cada poco le decía que se callase, pero como podía mantener la conversación igual con su amiga, pues pasaba de todo aunque el crío molestaba sin tregua.

    Estuve por levantarme, comprar un donut, dárselo al niño y decirle: "Chico, siempre que quieras algo de tu madre, tu llora y grita fuerte, que lo vas acabar consiguiendo", para luego mirar a su madre a la cara y sonreír.

    Pero no hizo falta, se ve que esa lección el niño ya la sabía.

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  4. Es penoso el panorama, aunque hay muchos niños bien educados, tranquilos y que disfrutan de lo que les rodea y de los ratos que pasan con los padres y con la gente en general, y aprenden; otros, que tienen la desgracia de tener padres adorno, no sabrán valorar el respeto, el saber estar, la tranquilidad, la observación, y tendrán que hacer un gran esfuerzo de adulto para conseguirlo.

    Un beso muy grande, Guille

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  5. Nada, nada tu entrada requiere se contestada con una vieja entrada mía:
    http://suicidasperezosos.blogspot.com.es/2010/05/no-es-mi-nene-una-joya.html

    Besos y carantoñas

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    Respuestas
    1. La he leído Krap, cuánta razón tenemos, no?


      Carantoñas?


      Un abrazo

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