viernes, 20 de diciembre de 2013

Tiendas de barrio

Por los cristales de la cafetería veo a la gente pasar, muchos llevan bolsas serigrafiadas con nombres de tienda del barrio. Pequeñas tiendas donde muchas veces solo trabajan los dueños y, en algunas, un empleado; pero que han vivido de forma conjunta esta inteminable crisis, con angustia, sufrimiento y muchas veces con la tentación de dejarlo todo.
Tiendas en las que saludas con un « hola, qué tal Ramón, cómo está la familia? Y ellos te corresponden interesándose por tu mala cara o sonriendo cuando tú sonries y preguntándote el motivo.
Cercanía.
Echo un vistazo a mi alrededor y conozco de vista a mucha gente y otros no, me resultan chocantes, los veo muy pijos para este barrio obrero. Tal vez un mazazo truncó su acomodada vida y necesitaron valor y fuerza para abandonar su chalet en zona residencial de 250 metros cuadrados y acomodarse en uno de 90 metros cuadrados y alquilado.
Nuevas perspectivas.
En esta fechas de tanto consumo, pondría en marcha un slogan « Compra en tu barrio para verlo crecer» .

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