Con los zapatos en una mano y la correa de Pepa en la otra, se adentró en el gran arenal, poco concurrido en esa época, solo unos bañistas en el agua, un hombre joven corriendo mientras escuchaba música y una familia con muchos niños, que ya estaban recogiendo para irse. Podría decirse que tenían la playa para ellas solas.
El Sol comenzaba el ritual del final de la jornada; tonalidades amarillas, rojas y anaranjadas se mezclaban en el horizonte para mostrar un verdadero espectáculo. La señora María estaba extasiada, pardiez!, había visto atardeceres, claro que sí, y bien bonitos que eran, pero aquello era prodigioso. Además sentía como su cuerpo se llenaba de sosiego, de tenura, de alegría. Era un regalo.
Soltó a Pepa para que la perrita disfruta del mar, que jugara con las olas, que se alejara corriendo y volviera a ella con toda la despreocupación y el entusiasmo que compartía con su dueña. Mientra tanto paseó por la orilla, dejando que el mar acariciara sus pies y que la brisa revolviera sus cabellos.
No pensaba en nada, solo estaba viviendo el momento y disfrutando de cada segundo.
Cuando llegaron a la camioneta ya oscurecía. Tenía que buscar en el pueblo dónde pasar la noche.
Hasta mañana. Sed felices
Esos momentos en que el presente se yergue como el sol en el mar son los que de verdad merece la pena haber vivido ya que no van envueltos en papel de celofán para parecer más atractivos.
ResponderEliminarBicos
Siempre es un acierto tu comentario, gracias Dr.
ResponderEliminarQue muchos de estos regalos te sean dados este verano.
Un bico
Josela
Pues yo estoy esperando algunos días de estos de arena, sol y paseos. y que las sensaciones no caduquen hasta dentro de un año.
ResponderEliminarBesos, Josela. Que disfrutes.
Se me ha ido el comentario no sé dónde. Decía que me apetece mucho unos días de sol, arena, agua y bellos paisajes. Y que las sensaciones que deje la experiencia no caduquen hasta dentro de un año.
ResponderEliminarY te dejaba besos y te decía que disfrutaras mucho.
Pues no se había ido. Je, je. La memoria parece que bien.
ResponderEliminarMás besos, Josela.
Cuento los días...y me da envidia la Sr María que ya disfruta de la brisa marina.
ResponderEliminarTengo el propósito o mas bien, vamos a dejarnos llevar para vivir intensas emociones.
Un beso, Angie. Que tu verano sea magnífico!