miércoles, 8 de mayo de 2013

Un tomate que sabe a tomate!

En invierno los tomates o están duros por fuera y huecos por dentro o parecen perfectos y luego no saben ni huelen a nada. Estos lo tienen todo, sabor, olor y presencia.
Perfectos para acompañar a lo que sea y sin mezclar con nada, en su esencia, solo aderezados con un poco de sal gorda de las salinas y un buen chorrito de aceite de oliva.
Y como colofón mojar una loncha de pan de mezcla en esa salsita que sueltan. De lujo.
Si es que en lo sencillo está lo mejor.

Hasta mañana

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