sábado, 19 de enero de 2013

Rescatando una antigua entrada


8 años , cumpliendo un trámite social.






Metí la mano en la bañera para comprobar la temperatura del agua.
Aún estaba en bata con todo mi pelo recogido en un moño, no sé por que no puedo llevarlo suelto, pero la abuela y la mamá eran quienes mandaban ese día y había que ir como iban todas. Princesas por un día.

Llevaban semanas diciéndome que iba a ser uno de los días más importantes de mi vida; aunque yo creyera que lo divertido sería la gran fiesta que me habían preparado y que el día sería como otro cualquiera, tendría 24 horas como todos.

No me gustaba la agitación de la casa, me ponía nerviosa y a mis ocho años ya empezaba a ser una mujer tranquila.
Nadie sabía donde estaba nada, se buscaban los gemelos, la enagua, aquellas medias que hacían juego con la falda, la diadema de la niña, el rosario, por dios no pierdas el rosario...

Falta una hora y las mujeres de la casa están histéricas; los hombres van más "a su bola".

Ya estoy vestida y con todo el perifollo puesto, allá vamos, es mi Primera Comunión.

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Pongo esta entrada, ya antigua, porque acabo de leerla y me hizo sonreír.
Espero que sirva para que vosotros también recordéis momentos tan tiernos de vuestra vida.


Hasta mañana

5 comentarios:

  1. ¿Sabes que se han vuelto a poner de moda esos moños? Por lo menos yo ya he visto alguno por ahí entre chicas jóvenes. ¿No se podrá suprimir esas manipulaciones capilares en base a algún decreto ley?

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  2. Pero si queda «divino» !!
    Manipulaciones capilares, anda que me he reído un rato!

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  3. ¿Bendita inocencia!Yo llevé el pelo suelto y el vestido creo que me lo hizo mi madre, no era un vestido típico de Comunión, era corto, por encima de las rodillas. ¡Qué guapa! Mi pelo nunca ha sido de moño, se habría escurrido a los dos minutos.

    Besos.

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  4. Mi vestido era alquilado y ni te cuento la de veces que me dijeron que no me agachara, que no corriera, vaya, que no se les ocurrió que todo se arreglaba cambiándome.

    Besos

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  5. Mi vestido era alquilado y ni te cuento la de veces que me dijeron que no me agachara, que no corriera, vaya, que no se les ocurrió que todo se arreglaba cambiándome.

    Besos

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