Hemos paseado y ya me costó meterla en el portal, ponía el freno y me decía lo absurdo que era meternos en casa, donde llevamos ya siete meses, no sería mejor darnos otra vuelta.
Ordené la casa un poco y comimos y ella seguía remolona. Se me ocurrió darle un baño y sacarla para que se acabara de secar. Perfecto. No os podéis imaginar que alegría al volver a salir, iba girando la cabecita de cuando en cuando y mirándome, Olivia era inmensamente feliz, y yo también.
Es increible el efecto que la luz y el sol tienen sobre el ánimo de los perros, gatos, personas...y demás entes. Todos tenemos una sonrisa cuando una raiola de sol ilumina estos tediosos y eternos días grises.
Ojalá que este tiempo maravilloso dure unos poquitos días más!
Venga, a ser felices y hasta mañana
Te comprendo, ayer hizo un día magnífico y mereció la pena pasear.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte amiga.
¡Que disfrutes del sol y de tu Olivia, Josela!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Fer
Pasear, leer en un parque...Qué vida nos da el sol!
ResponderEliminarUn abrazo, Rosario
Fer, estamos a la par que vosotros, solecito, por lo menos estos días.
ResponderEliminarUn abrazo
Una maravilla de días también por aquí. Reconozco que el sol, después de tanto tiempo me da vida. Si cierro los ojos y siento su calor en la piel, incluso puedo oler a mar y el vaivén de las olas. Haz caso a Olivia, que sabe mucho, a ella no la vas a liar con obligaciones de ningún tipo. ¿A pasear!
ResponderEliminarHoy nos sentamos en el parque a leer y jugar, pero ya hay cambios en el tiempo, me dijeron. Pero lo hemos pasado fenomenal!
ResponderEliminarUn beso