domingo, 16 de febrero de 2014

Cuando de niños íbamos al parque

Era una tradición el paseo al parque los sábados o domingos para ver a los patos. Digo patos pero allí había un montón de animalitos, periquitos, pavos reales, canarios, cisnes...
Pasé muchos años sin ir porque mis hijos se iban haciendo mayores y ya no les hacía ilusión.  Pero hace unos meses tuve que acercarme por allí para hacer unas gestiones cerca y una tristeza inmensa me invadió. Estaba en completa ruina, sucio, destrozado y me enteré más tarde que en el parque se  celebraban  los botellones de los jueves. Una pena.
De verdad que no sé lo que está pasando. No me puedo explicar cómo y por qué la desidia se instala en nuestra sociedad y, lo que es más grave, en todos los que tienen el poder de remediarlo.

Hasta mañana. Sed felices

2 comentarios:

  1. Por aquí, sucede lo mismo, querida Josela. Y tampoco se entiende, no sólo que los encargados de cuidar esos tesoros de la naturaleza urbana - tan necesaria, por cierto-, no se hagan cargo de hacerlo, sino que los mismos ciudadanos arruinen sus propios paseos con basura y actos de vandalismo.

    Un abrazo!

    Fer

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  2. Creo que conozco ese parque del que hablas y me llevé una gran desilusión porque tenía una visión algo idealizada de él forjada hace muchos años y visitándolo de nuevo, y no era jueves ni día de botellón, me pareció terriblemente abandonado y sucio.
    Bicos.

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