martes, 28 de mayo de 2013

Pasan los años y lo esencial está ahí.



Cuando estaba estudiando en Santiago se abrieron allí teterías, que además de infusiones vendían ropa preciosa de algodón y seda de India, jerseys de punto, chales, sándalo y pequeños detalles que me hacían quedarme con las ganas porque mi presupuesto de estudiante becada llegaba para muy poco.
 Hoy me siguen gustando una buena canción sonando, un té, escribir o una charla, los libros con marcadores de tela y los amaneceres, todo, en suma, para que una pizca de felicidad nos arranque una sonrisa.
Acabo de ver un episodio de la fantástica serie Treme, jazz y más jazz, y buenas historias. Coraje y empeño, frustración y lucha despues del Katrina en Nueva Orleans. Buena música, excelente, tanto que hasta me quedo para los créditos para seguir escuchándola un ratito más.

Que el resto de la semana os regale buenos momentos.

Hasta mañana








2 comentarios:

  1. En Nueva Orleans, una ciudad terriblemente dura, las tragedias son llevaderas porque se prefiere empaparlas en música y humor.
    Dichosos los pueblos que se envuelven en humor y música porque nunca serán derrotados.
    Besos

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  2. la música lo puede todo o casi.


    Besos

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