martes, 25 de octubre de 2011

Olivia convaleciente.




El viernes era el día de la cita, le iban a practicar una esterilización.

La llevamos a las doce del mediodía, que, si lo hubiéramos sabido, la llevaríamos mucho más tarde porque la operaron a las siete y media. Ya me imagino los nervios que habrá pasado, pensaría, ya me han vuelto a abandonar...

Nos habían dicho que después de la operación estaría allí una hora para que se despertara de la anestesía y le controlaran los puntos( grapas) y las constantes vitales.
Fuimos a la clínica porque eran ya las ocho y no nos habían llamado; imaginaros, ya pensábamos lo peor. Nos dicen que acaba de salir de la operación y que necesita un tiempo más; nos emplazaron para dos horas más tarde.
Volvimos a casa y pasamos las horas preocupados, cuando estábamos a unos cinco minutos de la clínica nos llaman al móvil para decirnos que no nos la podríamos llevan porque salió de la sala de operaciones muy fría y además le sangraban los puntos. Me sentí tan culpable, sufrí un montón por ella y lloré por mi Olivia. Es que no os podéis imaginar qué noche! Me puse a hablar con ella mandándole fuerzas, recordándole que teníamos que ir de vacaciones a la playa, a jugar con las olas, a correr por la orilla...
Llamamos por la mañana para preguntar cómo estaba, nos dijeron que la habían metido en la incubadora para subirle la temperatura y que ya no sangraba, podríamos ir a buscarla a partir de las cinco.

A las cinco en punto estábamos allí y de ese momento es la foto,fue un regalo volver a tenerla con nosotros, lo contenta que estaba con mi chiquitina.

Olivia es una valiente, una luchadora, ese mismo día por la noche salió a dar un minipaseito aunque estaba aún muy débil.

Y ahora está recuperándose día a día y dándonos tanto amor y ternura como siempre.




Hasta mañana

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