domingo, 3 de julio de 2011

Engañada como un chino






Como a una niña pequeña caí en la jugada que me había preparado; os cuento.

Al atardecer hacía una temperatura perfecta para ir a pasear, llegó a casa con muchas ganas de "recorrer millas", pero, como que no eran esas exactamente sus intenciones.

Llevábamos un cuarto de hora andando y se quejó de que no le apetecía lo que tenía para cenar, y si íbamos a comer unos bocadillos calientes o unas hamburguesas ( cerca, muy cerca, estaba un local al que vamos a veces), le dije que seguramente estaría cerrado los domingos; vamos a ver para saberlo seguro, por si otro día queremos venir, me dijo.
Pues vamos ... nos estamos acercando y me dice, seguro que está cerrado, la calle no huele a hamburguesa...puerta del local abierta de par en par...pues ya que estamos aquí entramos?...y qué iba a decir?...

Cuando ya estábamos sentados le di un coscorrón y le dije, qué manera de engañarme!!! y él me contestó con una media sonrisa: tenías las defensas bajas.




El personaje es el que se ve en la foto.




Buena semana!!





Hasta mañana

3 comentarios:

  1. Felices emboscadas que permiten conocer a los que no son más cercanas y al final hasta nos hacen gracia.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No recuerdo porque en esta época no contestaba a los comentarios!
      Pues sí, querido Krapp, adoro a estos especímenes que me acompañan en la vida y...me dejo llevar.

      Un beso

      Eliminar