Esto formaría parte de una de esas listas que tanto me gusta hacer, cosas que merecen la pena...
Una raiola de verano que se cuela por la ventana del salón y que sorprende porque evocas el estio solo con deleitarte mirándola.
Un gesto de ternura de alguien que ves muy de cuando en cuando, pero con el que te une algo especial.
Los bellos recuerdos de todos los tiempos y que llenan tu mente por algo que te los evocan.
El olor a tierra mojada después de una tormenta de verano.
No rendirse en la búsqueda de la felicidad....esto da para otro post.
Hasta mañana
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