Sentada en el sofá de mi recuperada «salita de estar», la tablet en mis manos, un café -seguro que apostabais a favor de un té- y sonando mi idolatrada Tina Turner, retomo el relato y sin dudarlo decido liberar a la Sra María de los hilos que manejo como su creadora y darle toda la libertad del mundo para que tome su rumbo.
Una mujer que ha vivido toda su vida bajo la tiranía de un hombre que no la tenía en cuenta y que pasó días, meses y años con miedo a expresarse, guardando sus ideas porque si las expresaba serían menospreciadas y ridicularizadas, se merece y tiene todo el derecho a vivir plenamente, a decidir sus pasos, aventurarse a dejar aflorar sus sentimientos y quererse a si misma. Esencialmente a ser ella.
Yo ya no la llevo de la mano aunque fue un inmenso placer tirar de ella hacia adelante, darle alas y ponerle una alfombra para que caminara con atrevimiento y fuerza. Ahora todo está en sus manos y me aventuro a pensar que va a ser muy feliz.
Y ahora, a vosotros, seguidores o lectores ocasionales, aquí estoy para dar guerra otra vez y contaros siempre lo que amo y lo que pienso. Iré poniéndome al día poco a poco visitando blogs y dejando comentarios. Queridos amigos, un abrazo.
Hasta mañana
Bien por esa María, por tu acción de empujarla primero y luego dejarla ir con la certeza de que podrá encontrar su rumbo. Con un "cafecito" en mano, te saludo con cariño.
ResponderEliminarUn beso.
Fer
Gracias, Fer. Comparto con mucho gusto un cafetito contigo y seguro que tendríamos muchas cosas de qué hablar.
ResponderEliminarUn beso
Josela
Bonito texto de reencuentros contigo y con tu personaje aunque todos sabemos que los personajes viajan siempre con nosotros.
ResponderEliminarBicos
Tienes toda la razón Dr, ella me acompañará siempre.
ResponderEliminarMe gustaría hacer un relato con un hombre como personaje principal, pero no los entiendo nada, no sé cómo piensan, cómo priorizan...difícil.
Bicos