Hace un poco de frío y siempre un chal o un foulard vienen bien.
Paso mis dedos en una caricia por el montoncito del armario y, siempre que lo toco, este chal me recuerda a una mujer africana que me lo vendió una tarde de verano en el mercadillo.
Una mujer hermosa, con una sonrisa enorme, casi tanto como ella, envuelta en una tela de colores terrosos y naranja, que la convertía en la mujer más elegante que había visto jamás. No solo elegancia exterior, también interior. Un saber estar que se traducía en amabilidad, pero no solo eso, tenía como un halo de armonía y luz a su alrededor que te costaba abandonar.
Ahora su chal está abrigando mi cuello, y ella está y estará en mi memoria.
Hasta mañana. Sed felices
Una prenda tan femenina como sentadora. La historia que cuentas, también.
ResponderEliminarUn beso, Josela.
Fer
Describes una de esas imágenes que se nos quedan perfectamente grabadas, como si hubiera algo que necesitamos captar pero no terminamos de entender qué es. Por eso volvemos y volvemos a la imagen. Hoy se me ha quedado grabada una nueva imagen a mi, la de mi madre y mi tía, esta tarde, las dos juntas, de espaldas a mí, mirando las plantas mienras comentaban los nombres de algunas de ellas. Yo las contemplaba sentada, pensando en la imagen de esas dos mujeres tan diferentes, tan cargadas de vida a pesar de los años y por otra parte tan frágiles. Y también me la he guardado, Josela, para la colección.
ResponderEliminarUn beso muy fuerte.
Hola:
ResponderEliminarTemo que estos días, 6 días después, con ese calor no sean muy propicios para esas bellas nostalgias pero siempre siguen ahí.
Bicos
Me encantan los chales y nunca pierdo la oportunudad de ponerme uno. Y, como ves, éste me enamora.
ResponderEliminarUn beso grande, Fer. Buena semana
Y les tendrías que haber sacado una foto, de esas de momentos cotidianos, sin pose.De todas formas está guardada en tu memoria.
ResponderEliminarUn beso muy grande, Angie
Josela
Hoy con 15 grados menos me vino de maravilla. Y mañana paraguas e impermeable...
ResponderEliminarBicos
Josela
Tus historias se hacen grandes cuando las escribes.
ResponderEliminarMuy bonito Josela.
Un abrazo fuerte amiga.
Gracias Rosario.
ResponderEliminarMe gusta escribir, me gusta contar cosas. Parece que se hacen más hermosas cuando las plasmas en unas líneas.
Un abrazo.
Josela