Tener otra perrita. Primero pensé en adoptar, como hice con Olivia, pero ya llevaba más de un año dándole vueltas, y no encontraba la adecuada. Porque si me la traigo para casa y vive con nosotros, no se me pasa por la cabeza devolverla. La situación exigía pensárselo bien. Olivia es muy tranquila. Le gusta jugar con sus peluches y al busca, pasear por la playa y por el puerto y corretear por el jardín.
Una vecina que pasea a sus perritas me cuenta que una de ellas está preñada. Lo tengo claro, quiero un cachorro de Aika. Seis tuvo la valiente mamá. Pequeñita como es y sacó adelante a toda su prole a costa de quedarse en los huesos.
Y una de las hembras, la más pequeñita, la más tímida, la que dejaba comer a los demás antes de hacerlo ella, la más parecida a su mamá, esa es Amanda. Ahora nuestra Amanda.
Desde ayer está con nosotros en casa. Es ternura elevada a la máxima potencia. Aunque Olivia se la quedó mirando con cara de interrogación cuando llegó, ahora ya le permite que se acerque, que corra detrás de ella, pobriña, resbalando sobre la madera. Parece que se van a hacer buenas amigas.
Más felicidad en casa!!!
ResponderEliminarHay momentos impagables, da trabajo siendo un cachorro pero esa carita!
EliminarBesos, querida amiga, también para Lúa
Felicidades, una chica nueva en casa es siempre un motivo de orgullo y satisfacción. No creo que haya problemas entre ellas aunque deberás esmerarte al principio.
ResponderEliminarBesos
En eso estamos. Olivia roñando a veces y otras le deja hasta tirarle de las orejas. Será ir acomodándonos poco a poco.
ResponderEliminarBesos, Dr!
Es una ternura celestial. Enhorabuena, querida Josela!!!
ResponderEliminarUn beso grande!
Fer
Totalmente de acuerdo, una ternura.
EliminarCuánto amor para dar. Es un privilegio estar al lado de mis dos chicas.
Besos, querida Fer