domingo, 11 de diciembre de 2011

Aquí echo el ancla.



Cuando estamos viviendo un momento sublime, te sientes embargado por una gran emoción, no deseas que se acabe y piensas, aquí echaría el ancla.

Pero todo son sucesiones de acontecimientos, unos buenísimos y felicísimos y otros, por contra, desagradables y eternos. Nos hace falta humor y fuerza para capear el temporal y para disfrutar cuando el viento se hace brisa y nos regala un atardecer inolvidable.




Os deseo una apasionante semana.

Hasta mañana

2 comentarios:

  1. No es tan malo que los momentos sublimes pasen, necesitamos salir de ellos para valorar su importancia.
    Igualmente para la tuya.

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  2. Cierto...como siempre un comentario muy acertado.

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