viernes, 20 de febrero de 2009

Ribadeo-Foz (2ª parte)




Retomo mi periplo por la costa gallega.

Siguiendo por la carretera de la costa pasé por Barreiros y llegué a Foz. Aquí me detuve un tiempo porque además me perdí. Abro un paréntesis para preguntar por qué las mujeres nos orientamos tan mal. La parte del cerebro que se encarga de tal menester no está desarrollada, está inmadura o no funciona bien; un misterio, pero es lo que es,de orientación cero.

Recorrí el puerto de Foz, al que llegué «de pura chiripa», tomé café en un chiringuito y fui al baño a una caseta de esas de las obras. Cuando se viaja hay que disponerse a vivir nuevas sensaciones.
Sólo la gente habitual del pueblo frecuenta el paseo marítimo, una imagen muy distinta al verano, cuando está todo abarrotado . Cuando llegué al final de la playa tomé las mejores fotos de todo el viaje; el mar se estaba luciendo en todo su esplendor, olas que se rompían contra la costa, un montón de gaviotas contemplando indiferentes el espectáculo y yo , gozando de ese momento de felicidad, estaba enfrente del mar, me bañaban los rayos de sol y lo estaba recogiendo con la cámara. Sublime.
Ahhhhhhh ! Se acaba la batería y no llevaba de repuesto.

Seguí la carretera a Viveiro y al llegar a ella me sorprendió encontrarme por primera vez sola en este pueblo que me trae innumerables y muy gratos recuerdos, muchos de ellos, cercanos en el tiempo. Compré un pastel en una confitería que hay en una pequeña plaza y fui a una cafetería a tomar un té.

De todas formas, a Viveiro le voy a dedicar una jornada entera, no en vano es mi ciudad costera preferida.

Vivir intensamente los pequeños momentos de felicidad que se os presenten.



No hay comentarios:

Publicar un comentario