Olivia indignada.

Que no, que no tengo ganas de comerme a ningún congénere blanco, que no somos distintos por ser negros, no desteñimos, que no estamos sucios, que no olemos mal...y no lo digo por mis compis perrunos que no discriminan por el color sino por sus dueños.
Iba saltando como una loca. Estaba muy contenta porque mi mami me llevó a pasear al parque,  paraiso de los olores, y de pronto veo a lo lejos a un cachorrito de caniche que se acerca. Mami me dijo - mira Olivia que chiquitín viene ahí- ya, ya , ya lo veía y de pronto un tirón de correa y la bolita de algodón salió disparada unos metros lejos de mí. Me quedé patidifusa, eh! que yo nunca ladro, ni gruño, ni me quiero comer a ningún perro blanco! Vamos ni blanco, ni negro, ni de ningún color.
Ya véis, parece que hay clases!
Hasta luego, compinches y mami. Que tengáis una buena semana.