lunes, 25 de octubre de 2010
Todo se consigue o casi todo.
Me costó tres años considerar el salón como mi refugio.
Lo ventilaba, lo limpiaba, lo visitaba una vez al día, pero lo que es estar tumbada en el sofá leyendo o viendo una peli, no. No podía, me agobiaba.
Ahora es todo diferente.
Me planteé que tenía que poner todo de mi parte, si hacía falta un cambio se hacía y manos a la faena. Ha quedado genial, además me siento muy bien en él, encantada. Mis buenas siestas tengo dormido en el sofá, en uno pequeño y coqueto, con el grande todavía no puedo.
Todo tiene su tiempo, no hay que forzar la situación, eres tú y el entorno los que tenéis que estar en armonía, si no es así, no se puede hacer nada. Hay que planteárselo de otra forma.
Hasta mañana
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