domingo, 11 de abril de 2010

Tarde de domingo


Hace treinta años tampoco eran de mi agrado las tardes de los domingos.

Estudiaba en la universidad y cuando iba a casa a pasar el fin de semana, las tardes del domingo eran la vuelta.

Adiós a los abuelos, Trini me había hecho todas las comidas que me gustaban, había charlado mucho con el abuelo, salía con mi hermana y ...de pronto, otra vez las maletas y de regreso a la rutina.

Qué distinta es esta mujer a aquella niña, pero tenemos en común lo poco que nos enamoran las tardes de los domingos.




Hasta mañana
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