De aquellos tiempos veraniegos y plácidos donde leer la prensa se convirtía en un placer relajado, de aquellos tiempo, digo, tengo un post-it en mi memoria con la palabra rascacielos.
Todo surgió a raíz de una noticia sobre una importante cantidad de dinero que habían alcanzado en una subasta unas postales de New York de principios del siglo XX. En una de ellas se veía un rascacielos que en 1902 asombraba a todos los neoyorkinos, que se quedaban horas contemplándolo y se apostando sobre cuántos días iba a mantenerse en pie. Era el Flatiron, 22 plantas, 87 metros de altura.
No imagino la impresión que se llevarían si los transportamos en el tiempo y los ponemos en la acera de enfrente al Burj Dubai, un racacielos de Dubai de 828 metros.
La nota venía a cuento porque quería averiguar el criterio que se sigue para que podamos calificar a un edificio como racacielos.
Por lo que he leído, la altura es algo relativo, tiene que ver con el entorno. Al primer edificio que se le aplicó el término era de cinco alturas, hoy ya véis que envergadura tienen.
Otro criterio aplica la calificación de rascacielos a los edificios de sobrepasan los 500 pies, unos 153 metros.
Ya se sabe que el metro cuadrado en las grandes ciudades está a unos precios muy elevados; los racacielos son la alternativa. Mucha superficie útil en pocos metros cuadrados de suelo.
No sé porqué, pero me vino a la mente la casita de «Up»
Hasta mañana, feliz semana!
A los profesionales de la materia nos acostumbraron a llamarlos "edificios en altura". Estructuralmente implica que las acciones horizontales (esfuerzos producidos por el viento y los terremotos) son más importantes que las acciones verticales o gravitatorias (cargas debidas al peso)
ResponderEliminarAntes de empezar la carrera, recuerdo que me resultó curioso saber que al Banco Pastor de Coruña se le llamaba, en los años 20, "Rascacielos Pastor"; es que nació siendo el más alto de España...
David.
Con decirte que a mí ya me parece un rascacielos el mirador de la Torre de Hércules!
EliminarJosela
De pequeña, la Telefónica de la Plaza de España de Madrid, me parecía el infinito hecho hormigón, cuando lo he vuelto a ver, me vienen a la memoria mi pequeñez, más que su altura, pero siempre lo disfruto cuando lo veo...
ResponderEliminarSaludos cordiales desde Caracas
María, un placer que me comentaras.
EliminarCreo que lo que más me atrae de los rascacielos son las maravillosas visras de que deben disfrutar.
Saludos cordiales desde Lugo, Galicia
Josela
La competición por realizar el edificio más alto en Nueva York y por influjo en el resto del mundo es un tema muy atractivo ya que revelaba el interés de las diferentes corporaciones por demostrar su poderío. Por ejemplo el Empire State Building fue un todo desafío tanto a los otros rascacielos con los que competía para mantener su supremacía como por efectuarse en tiempos del crack económico del 29, solo un año después.
ResponderEliminarUn abrazo
Después de una gran crisis económica, la construcción de un rascacielos supone mucho valor e impulso hacia adelante.
EliminarArañaceos, me gusta la palabra gallega.
Bicos
Josela
Lamento no haber llegado a tiempo de conocer las Twin Towers (Torres gemelas) neoyorquinas. En mi modesta opinión, eran los rascacielos más imponentes que había en occidente. Queda el Empire State, como apunta aquí Krapp, y muero por ir hasta su terraza a respirar el aire desde la altura.
ResponderEliminarUn beso, Josela.
Fer
Yo llevaría mi cámara y un té con pastas para que nos lo tomáramos en la terraza. Cuando quieras.
EliminarUn beso enorme, Fer
Josela
Cuando estuve en Nueva York me alojé en la planta 27 pero había cincuenta y tantas. La vista desde la terraza era espectacular. Había dos ascensores uno solo llegaba hasta el piso 27 y otro que solo paraba en las plantas de ahí para arriba.
ResponderEliminarFer, el Empire State tiene un ascensor que te pone arriba en unos pocos segundos.
Unos edificios realmente sobresalientes.
Un beso, Josela.
Leí que el tema de los ascensores en los rascacielos era un problema a resolver porque tendrían que llegar rápido para optimizar el tiempo, pero la excesiva aceleración puede producir daños médicos a sus ocupantes.
ResponderEliminarEnvidia que me das, Angie!
Un beso enorme
Josela