miércoles, 7 de noviembre de 2012

Hogar

Un instante, un sentimiento que no sé definir, pero sí sé que fue  un segundo mágico.
Un día gris como muchos en nuestra ciudad, castañas asándose en el horno y un CD de Miles Davis que acababa de poner,  Olivia viene hacia mí y se sienta en la alfombra a mi lado con la cabeza apoyada en mi zapatilla. Fue una sensación de paz y ternura, de esas que merece la pena vivir, esos pequeños momentos que nos hacen felices, auténticos tesoros a nuestro alcance.
Un abrazo para todos los que me leéis y perdonad por mi poca constancia.
Hasta mañana.








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