En Torreira, un pueblecito de la zona de Aveiro en Portugal, había un chiringuito de playa que solo abría por las noches y que tenía un montón de móviles de conchas, caracolas, hasta palitos de esos que arrastra la marea; no sabéis que sonido tan maravilloso, todos los móviles sonando con la brisa marina.
Y para quedarse pasmado la elección de música, bossa nova, soul, jazz...increible.
Hasta mañana
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