Vivencias

 

Llovía a cántaros y se sentía mareado, recostó la cabeza sobre el hombro de su novia y cerró los ojos...qué fastidio el mareo, no te deja disfrutar del viaje, si tuviera la posibilidad de ir en tren, pero hasta el momento era imposible.

Ella lo despertó de su sonnolencia, le parecía que estaban entrando en la ciudad, se notaba mucho bullicio, mucha circulación, pero no era de extrañar, estaban en fiestas y eran muchos los turistas que se acercaban para ver el casco antiguo, las pulperías y todas las atracciones que inundaban el recinto ferial.

El autobús callejeó por calles desconocidas, no tuvo acceso a la ruta normal porque muchas estaban cortadas y otras con atascos, y al fin el encuentro con su familia.

Su madre y su hermano los estaban esperando con ansía por verlos y la felicidad reflejada en sus rostros. Maletas en el coche y rumbo al hogar.

Le gustaba su casa porque había puesto su granito de arena en la decoración, era muy acogedora y muy familiar, le aguardaba su habitación, su colchón, su entorno. No era sentimental, más bien frío, pero siempre se emocionaba al llegar al hogar.

Pasaron todo el fin de semana charlando, comiendo, riendo...

Viaje de regreso a la ciudad donde vivía y sin poder dormir nada, de madrugada su primer viaje en avión y a tres mil kilómetros.

Todo habían sido recomendaciones, listas de cosas para meter en la maleta, cámara, cargador de cámar; móvil, cargador de móvil; portátil, cargador de portátil, libros y ropa, pero no mucha, a la vuelta quería traer cosas y era imprescindible llevar sitio libre en la maleta para no cargar con una bolsa aparte, solo metió los cambios de ropa para cada día de la semana y media que iba a pasar fuera.

Estaba preocupado.
En las fiestas en casa de su novia habían subido a la noria y tuvo un ataque de pánico que hizo detenerse a la atracción, realmente lo había pasado muy mal y ahora el avión...

Cuatro de la madrugada, el taxi llegó puntual y camino del aeropuerto empezó a poner en práctica lo que le había aconsejado su madre.
" No es conveniente que a cada momento estés analizando lo que sientes, es mejor que veas lo que estás viviendo como una película, sitúate fuera de la acción y deja que actúe el protagonista, de él se espera que domine la situación "... Pues vamos allá.



Hasta mañana