lunes, 17 de mayo de 2010

El regalo de unas horas con mis niños

No os podéis imaginar lo feliz que me sentí esta tarde; una visita improvisada, una comida que me supo más que ningún manjar y muchas risas ...


Creo que me vine sonriendo todo el camino, aún cuando pasé por un pueblo dónde estaban extendiendo abono y ese "aroma" me entró en el descapotable, pero también oí cantar a los pajarillos, el viento me alborotó todo el pelo y me acompañó Sabina...perfecto


Un beso y feliz semana, que se cumpla todo lo que deseáis.


Hasta mañana
Posted by Picasa

1 comentario:

  1. Me alegro mucho de tus visitas imprevistas y tus risas...
    Así, lo menos importante es la comida, lo más, la compañía, hasta los malos olores dejan de oler.
    Un abrazo fuerte amiga, desde mi librillo.

    ResponderEliminar