sábado, 28 de abril de 2012

Miradas

Como cada sábado a las 11 sus miradas se encontraron en la cafetería; él sentado en la mesa de siempre; ella entrando en el local.
Ninguno de los dos daba el siguiente paso, ninguno se acercaba al otro para decirle hola, para ver sus ojos en la cercanía, para oir su voz.;allí estaban separados por unas mesas, por el bullicio, por las conveniencias sociales, pero mirándose de cuando en cuando, ella levantaba la vista del periódico y sus miradas se cruzaban.
Cuando se estaba poniendo el abrigo para irse y con el periódico en la mano para devolverlo al montón de la prensa, pensó en acercarse a él y ofrecérselo, pero la venció la timidez, las dudas, la arcaica idea de que el hombre debe dar el primer paso...
Suspiró y se dirigió a la salida y vió como él se giraba para verla pasar a través de la ventana.
Una coincidencia, los dos habían tomado té.

2 comentarios:

  1. Quizás todo sea mejor así. Hay un montón de posibilidades para la imaginación en el pudo ser y nunca fue. Así como hay mucho arrepentimiento en el fue y nunca debería haber sido.
    Me gusta tu relato.

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  2. Sé que a ella le cuesta dar el primer paso, que le superan las dudas y la timidez.

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