miércoles, 22 de diciembre de 2010

Notas para un relato

 


Le gustaba ir a la cafetería-pastelería de su amiga, la había inaugurado hacía dos meses y tenía mucha gente. Los cakes y los pasteles artesanos eran un goce para los sentidos, no usaban preparados y la nata se hacía con nata y el merengue con huevos; un poco caros, pero merecía la pena.

-Hola Clara, lo de siempre?
-Sí, le contestó a su amiga Eva.
-y quieres un poco de bizcocho de nueces es muy parecidoo al que comí en tu cumpleaños...
-Venga, vamos a probarlo, seguramente que magnífico.

Se sentó en una mesa individual de hierro con delicadas y torneadas patas, estaba al lado del mostrador y así podía seguir hablando con su amiga.
Le preguntó a Eva por sus hijos, unos diablillos gemelos de 5 años, Jose y Javier, que la adoraban porque a veces se quedaba con ellos y les contaba cuentos, hacían puzzles o los llevaba a comprar libros; además era la madrina de Jose.
-Haciendo muchas diabluras; esta mañana-dijo Eva- se despertaron a las seis y vinieron a nuestra cama, querían dormir con nosotros, allí los dejé con su padre...
-Mímalos mucho, yo siempre lo hice, aunque a la hora de aprender o estudiar era muy estricta porque quería que estuvieran bien preparados, disfruté muchísimo de ellos y aún lo hago ahora.
-Y a tí, Clara, cómo te fue con la cita de ayer?




Hasta mañana
Posted by Picasa

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