jueves, 2 de septiembre de 2010
Feliz travesía
Era un pelín más alta que yo, un tipazo para sus sesenta y pico años, piel suave, muy pocas arrugas y unas piernas perfectas, pero sobre todo una bellísima persona.
Me enseñó todo lo que soy empezando por lo básico como cocinar, coser, calcetar, tomarme las cosas con calma y ante todo, sonreir, actitud positiva porque los problemas se encaran mejor con esta filisofía.
Ya os imagináis sobre quién estoy escribiendo, mi abuela Trini.
Para mí el año comienza en septiembre, tal vez sea por el cambio tan brusco que se percibe en el paisaje, en la duración de los días, en la forma de vestirnos y hasta en las comidas.
Y con este optimismo que me transmitió siempre la abuela, os deseo una feliz travesía.
Hasta mañana
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