
No intentemos querer vivir siempre en una eterna felicidad, hay que vivir intensamente los instantes felices que nos depara la vida y conformarnos con ello.
Cuando regresa tu hijo a casa después de dos meses sin verlo, cuando estás haciendo un trabajo duro y al final sabes que te vas a hacer un homenaje( te regalarás un viajecito especial, a donde quieres ir desde hace mucho tiempo), cuando notas, percibes con toda intensidad el amor que siente por tí, tu familia ( y que es correspondido), cuando un amigo te da ánimos... todos son momentos que nos regalan felicidad.
Pues solo nos queda, no dejarlos pasar por nuestro lado y vivirlos intensamente...
Hasta mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario