No os podéis imaginar lo feliz que me sentí esta tarde; una visita improvisada, una comida que me supo más que ningún manjar y muchas risas ...
Creo que me vine sonriendo todo el camino, aún cuando pasé por un pueblo dónde estaban extendiendo abono y ese "aroma" me entró en el descapotable, pero también oí cantar a los pajarillos, el viento me alborotó todo el pelo y me acompañó Sabina...perfecto
Un beso y feliz semana, que se cumpla todo lo que deseáis.
Hasta mañana
Me alegro mucho de tus visitas imprevistas y tus risas...
ResponderEliminarAsí, lo menos importante es la comida, lo más, la compañía, hasta los malos olores dejan de oler.
Un abrazo fuerte amiga, desde mi librillo.