Mi queridísimo Otto se está quedando sordo.
Hoy lo llamé a la hora de la comida y allá estaba en su camita, sin oir a su mami, me dió mucha pena; él, que cuando oía cómo cortaba su comida, en dos segundos lo tenía a mi lado , ahora...
Pero aún sigue buscando su gatito para jugar cuando mi hijo llega a casa, aunque a veces no oye ni el timbre de la puerta...
Me mima mucho, cuando le digo buenas noches acerca su cabecita a mi cama y sus ojillos me dicen: buenas noches, nena!
Ay, qué tierna me pongo, no lo puedo remediar, lo tengo hace 16 años y hemos vivido muchas cosas juntos.
Hasta mañana
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