Yo babeando y ella sacando fotos a la comida; tiene una obsesión en que ese aparato forme parte de nuestras vidas! Quiere que todo quede ahí por si alguna vez pierde la memoria, que le ayuden a recordar. Sí, es así, se lo oí que se lo comentaba a alguien con el que hablaba. Parece que la tienen muy intrigada las cosas del pensar.
Volvamos a la comida, que hay que ser practica. Nos comimos este revuelto que hizo en un suspiro.
Llegamos a la cocina las dos a la par y de golpe me suelta que no hay nada para comer, me quedé petrificada, ay! volvemos a la hambruna que pasé en la perrera. La mami se pone a abrir y cerrar la nevera, pone los ojos en blanco y surge la idea, un revuelto.
Un calabacín, tres huevos y un puñado de virutas de queso de cuatro sabores. Ay madre!, cómo estaba de bueno.
Y eso que tiene pocas ganas de entrar en la cocina. Anda en otros proyectos más interesantes.
Chao, mamí y compinches
Me apunto al revuelto, Josela. O sea, calabacín, huevos y queso. Todo rico, rico.
ResponderEliminarPues sí, hazle foto por si se te olvida: una imagen vale más que mil palabras. Verlo para comerlo, sí, pero después mejor comer que ver.
Besos.