Cuando estamos viviendo un momento sublime, te sientes embargado por una gran emoción, no deseas que se acabe y piensas, aquí echaría el ancla.
Pero todo son sucesiones de acontecimientos, unos buenísimos y felicísimos y otros, por contra, desagradables y eternos. Nos hace falta humor y fuerza para capear el temporal y para disfrutar cuando el viento se hace brisa y nos regala un atardecer inolvidable.
Os deseo una apasionante semana.
Hasta mañana
No es tan malo que los momentos sublimes pasen, necesitamos salir de ellos para valorar su importancia.
ResponderEliminarIgualmente para la tuya.
Cierto...como siempre un comentario muy acertado.
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