Tomando el sol y compartiendo juegos, ambos felices y dejando pasar las horas sin mirar el reloj, como debe ser, así se disfruta y se hace un paréntesis en la vida cotidiana.
Ya sabéis lo que me gusta el mar y ahora me reitero en ello. Ya falta menos ( hay que ser optimista, qué ganamos no siéndolo?).
Os dais cuenta, Olivia verá el mar a mi lado.
Hasta mañana
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