Qué sorpresa me llevé esta mañana cuando encontré en la panadería un pan con moñete!
La abuela Trini tenía por costumbre comprar uno cada día y seguro que sabéis para quien estaba reservado el moñete. Ya tenía casi 30 años y allí estaba en exclusiva para mí; hasta el abuelo José me lo reservaba, si era él el que cortaba el pan.
Pero luego cuando mi hijo se hizo mayor heredó de mí el gusto por el moñete y claro, hubo que repartirlo, pero con mucho agrado.
Hasta mañana
¿Un pan con moñete? Pero si por mis lares es lo más habitual. Qué usted lo coma bien.
ResponderEliminarEs que tus lares son de exquisiteces; aquí no.
ResponderEliminarBuena semana Dr. Krapp