De pequeña era mi abuela quien más estaba conmigo.
Vivíamos en una aldea de Lugo y mis padres se dedicaban al campo, eran agricultores y ganaderos.
Trini, mi abuela me consentía mucho, se levantaba pensando que ropita ponerle a la nena, qué peinado me haría y que cuento o historia me contaría.
Recuerdo que iba detrás de ella todo el rato para que me contara cosas de cuando era joven; desde niña había trabajado mucho, se quedó sin madre muy pequeñita y la habían puesto de aprendiza de una costurera, así que iban de puerta en puerta cosiendo para las familias, tanto confeccionaban un traje como remendaban una sábana de lino...
Hasta el final de sus días fuimos muy buenas amigas, muy aventureras las dos, nos entendíamos con un gesto, una mirada. Qué bien nos lo pasamos.
Pero... una sola cosa no consiguió inculcarme, su oído y pasión por el baile.
Cuidaros mucho y hasta mañana.
¡Qué suerte tuviste con tu abuela Trini!
ResponderEliminarMe alegro mucho por tí Josela, pues ahora la tienes en tu recuerdos y te sirve de ejemplo.
La mía fué tambien preciosa, buena, cariñosa...
Pero yo la tuve que compartir con 5 hermanos. Pero es gracioso, cuando hablámos de ella, cada uno tiene una historía que contar y diferentes versiones de cómo pasó ese episodio y nos reimos mucho, pues entre 6 nietos, puedes imaginarte la que se armaba.
Cuidate.Un abrazo fuerte Rosario