sábado, 28 de febrero de 2009
Otto
Le debía un post a mi compañero, a quien me recibe con gran alegría; al que me da infinitamente más de lo que recibe; al que sufre si, por algún motivo, se altera la rutina; al que sólo me mira con amor; al que me dice: «Nena, no te desanimes, yo estoy a tu lado ».
Entró en mi vida hace 16 años, hemos salido a pasear con lluvia, nieve, granizo, un sol de justicia y una niebla que no nos dejaba ver el parque...
Cada año parece que se sorprende cuando comemos turrón y dulces por navidad, cuando llega el verano y comemos fresas, cuando los copos de nieve cubren su cabecita...
Es muy mayor, de salud está bien, pero tengo un mal presentimiento, estos días estoy triste y melancólica y no sé... No lo quiero ni pensar.
OTTO te quiero mucho!!!
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¡¡¡¡¡Qué monada es tu perrito!!!!! Y que foto tan bonita, Otto es muy fotogénico.
ResponderEliminarMuy buenos días mi querida biologa. Es muy refrescante leerte imaginando que te tengo ante mí describiéndome con tanta ternura esos sentimientos que desbordan tu interior y fluyen como ríos de agua cristalina donde todos podemos beber y saciarnos de ellos.
ResponderEliminarMe resulta pàrticularmente emocionante cómo describes a tu madre, con la que tanto parecido tienes; como narras tus recuerdos de adolescente en Viveiro o fotografías sus rincones; la manera con la que nos hablas de Otto, ese compañero fiel que te es fiel sin reserva alguna.
Eso sí que es un perro y los demás tontería. El más bonito del mundo. El mejor, también. Y si me apuras, el más listo.
ResponderEliminar¡OTTO!
En la distancia, pero muy cerca de mi corazón, os doy las gracias.
ResponderEliminarBicos.
Josela